jueves, 26 de marzo de 2015

Figurita 100 - Ian Ferdinand - Glasgow Rangers

"Todo lo que sube debe bajar", dijo Isaac Newton

"Si subís después baja a marcar" dijo cualquier Director Técnico del Mundo

Pero siempre hay una excepción a la regla y ese es nuestro homenajeado del día, Ian Ferdinand del Glasgow Rangers escocés.

Ian era un lateral izquierdo que luego de un entrenamiento sintió un tirón en su pierna, se acerco al médico del plantel y le conto del dolor que tenia, el doctor le dio unas pastillas y Ferdinand se las tomo.

A los pocos instantes los sonidos en la cabeza de Ian comenzaron a sentirse como ruidos casi sordos, como si estuviese adentro de un cucurucho de Dulce de Leche y crema tramontana.

Las imágenes se distorsionaban y el bigote le hablaba… Ian estaba subiendo y subiendo flotando en una nube de color rosa con puntitas violetas, mientras los conejos lo saludaban desde abajo. Ian subió y subió, se convirtió en una estrella más en el firmamento.
Era el dios de los vacios, allí estaba el sumergido… que digo sumergido, elevado en un estado total de éxtasis del cual no podría bajar nunca más y lo peor es que nadie se daba cuenta de su estado.

Pasaron las horas y era momento de jugar un partido crucial vs el Dumbarton y allí estaba Ian en un rincón sentado asimilando el viaje interior que por ese momento estaba por la Galaxia Venom detrás de la tercera estrella de Zylombia, a la vuelta del Kiosco de Abel Fingus en la decima luna de Vergon 6.
Mientras su DT explicaba el 4-4-2 con el que iban a jugar y le decía a Ian que suba a tirar el centro cruzado para el numero, el miraba fijo a su director técnico y miraba como su bigote llamado Albert Fimway le contaba de las maravillas de la termodinámica aplicadas a la vida cotidiana en el Arkansas.
Todavía nadie se daba cuenta del estado catatónico de Ian.
Ya en la cancha el partido estaba por comenzar y el réferi pito, el pitido sonó como una llamada desde el mas allá para Ian quien salió corriendo como si trescientos jinetes macrocéfalos lo persiguiesen para achicarle su cabeza y convertirla en una taza de té. El bigote del DT le seguía gritando incoherencias en algún idioma desaparecido, Ian pensaba que era Esperanto pero no lo era… pasaron meses en su cabeza y solo algunos minutos en la vida real, en ese partido. Y allí estaba Ian esta vez en el piso mirando muy de cerca las flores al costado de la cancha, ellas le hablaban le decían que él iba a estar bien y que estaban construyendo un rayo extractor que lo iba a convertir en una planta y el podría vivir para siempre con ellas…
Y en parte fue verdad porque Ian quedo en un estado vegetativo, no corporalmente si no mentalmente allí había quedado perdido en una especie de trance del que nunca salió.

Las investigaciones luego dirían que los remedios que el doctor le dio esa tarde después del entrenamiento habían sufrido una modificación por accidente durante su fabricación y la estructura química fue afectada creando un súper alucinógeno con el que cualquier ser humano hubiese muerto, pero que para Ian fue peor por que quedaría así por el resto de su vida.
Hoy Ian se puede decir que vive en el Glasgow Asylum y allí estará viajando en su mente hasta que algún día la naturaleza le diga basta.
Ian Ferdinand, el lateral que subió pero nunca bajo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Figurita 99 - Janek Starek - Wisla Cracovia


Janek Starek – Wisla Cracovia (Polonia)

Janek Starek se levanto de su caja de madera y con lo poco que podía dejo el bastón a un costado y empezó a caminar, afuera era de noche pero de a poco aclaraba y la tarde llegaba. Salió de la sala velatoria y pidió un taxi, con lo poco que le quedaba de la jubilación se tomo un taxi hacia el estadio del Wisla Cracovia.

En el camino le conto al chofer que cuando él era joven jugaba al futbol pero que se apure porque estaba por jugar su partido despedida y su debut.

Mientras el taxi avanzaba se saco su boina y mientras se peinaba su pelo pasaba de un grisáceo a un marrón claro, su piel se estiraba lentamente y los dolores en sus articulaciones se estaban yendo lentamente.
Llego al estadio y en la confitería del club mientras tomaba un vaso de ginebra se enojaba con el mozo por que el tenía que jugar en un rato en el partido que acababa de terminar y allí termino su vaso de agua.
Se saco los mocasines y fue al baño donde estuvo un rato largo tratando de orinar para el control anti-doping mientras el sudor se secaba en su rostro se daba cuenta que cada vez estaba más lejos de los 90 años pero más cerca del minuto noventa. A minutos del final del encuentro que iba a jugar se subió en andas de sus compañeros quienes lo ingresaron al campo de juego, dieron una vuelta Olímpica y se tiraron al piso hasta que escucharon el silbato final.

Allí exhausto nuestro Janek empezó a correr como si fuese el último partido de su vida y de la temporada. Comenzó rápido colgándose del alambrado y después metiendo un gol, el resto del partido fue cerrado pero a medida que el tiempo retrocedía Janek se sentía menos cansado y sabia que necesitaba un gol para quebrar el empate y consagrarse Campeón. Durante los diez primeros minutos sufrió los nervios de su debut en primera siendo tan joven.

Finalmente el réferi pito el comienzo del partido y los jugadores se fueron al  vestuario para la charla técnica, todos menos Janek quien agarro los juguetes del vestuario, se saco la foto de su debut y como podía se fue caminando al estacionamiento del club.

Allí lo esperaba su madre y mientras Janek decía sus primeras palabras y poco a poco daba sus primeros pasos fue gateando hasta su madre quien lo levanto en brazos, lo amamanto y lo abrazo tan fuerte que de repente ya se encontraba dentro de ella.

Su madre embarazada abrazo al padre de Janek y le dijo “Nuestro hijo se llamara Janek y algún día será campeón con el Wisla Cracovia. Luego ambos se fueron a su casa.

Mientras tanto el sol se ocultaba detrás de los árboles y la oscuridad se hacía presente, un nuevo día comenzaba.