La historia de Rogelio Aguas es una improvisación. Una improvisación de la vida. Si bien dicen que el destino de cada uno ya está escrito, el de Rogelio Aguas simplemente estaba improvisado.
Ya desde los 11 años fumaba y tomaba vino tinto patero ¿Tuvo una infancia dura? Para nada, ni una infancia llena de privilegios ni una infancia dura. Una infancia normal de clase media de San Juan.
Pero de un dia para el otro cambio el vascolet por vino, ese mismo día lo atropelló un colectivo pero apenas se ganó un chichón en la cabeza. A los 15 pateando latas en la calle la clavo al angulo de la puerta de la vecina Rosalía, quien lo corrió con una escoba.
De casualidad pasaba por ahí Humbertito Kviatek quien era el cazatalentos de Desamparados. Kviatek se lo llevó al club y a los 16 debutó sin ningún problema.
A los 17 ya era la estrella del equipo, lo invitaban a todos los programas de television del pais y salia en las tapas de todas las revistas de chimentos. Le gustaba la joda y obviamente era una máquina de generar polémica dentro y fuera de la cancha.
Una noche fue invitado a la Noche del Domingo de Gerardo Sofovich y le toco el culo a una de las secretarías que no le dijo nada, simplemente atino a pasarle una factura a consumidor final.
En otra ocasión festejó un gol de cara a la tribuna de Almirante Brown agarrándose sus genitales y cantando ese himno del ascenso argentino que dice más o menos asi “Escuchen corran la bola se hicieron putos los negros de casanova que lindo ver vamos cojer alla en los ranchos cerca de ruta 3...Los negros llegan la noche y se visten de mujer para hacer un par de pesos por que tienen q comer!” una canción que ni el mismísimo Neruda hubiese podido escribir.
Desde la popular de Almirante le arrojaron una radio que le dio justamente en su hombro derecho, inmediatamente Rogelio cae al piso desmayado e inmediatamente fue hospitalizado.
Tras cuatro meses en coma y 5 cirugías los médicos nunca pudieron extirpar la radio al bueno de Rogelio. Estaba destinado a vivir el resto de su vida con ese aparato donde comenzaba su brazo.
intento seguir con el fútbol pero le fue imposible. Lo expulsaron dos o tres veces por pegarle a rivales con la radio mientras saltaba a cabecear una pelota. El retiro llego rapido. Durante un tiempo fue contratado como extras en programas de televisión para ser el loquito con la radio que estaba al fondo de todo. A veces lo llamaban de fiestas para poner música y alguna que otra vez para que cuente su peculiar historia.
Con el paso de los años quedó en el olvido, los mp3 y despues spotify y los teléfonos celulares lo dejaron fuera de moda. Hoy vaga por las calles de San juan con su radio, escuchando las carreras de caballos o algún partido de fútbol perdido. La gente ya no lo reconoce y los más pibes no saben de su pasado de estrella del fútbol, tan solo lo conocen como “El loco de la Radio”.