Veloz puntero por izquierda, de esos que son imparables y llegan hasta el fondo de la cancha para tirar el centro, para desbordar y a veces para tener algún mano a mano de contra.
El tipo livianito, complicaba a las defensas y varias veces hacia amonestar rivales. Esos si lo suyo no era la definición, solo velocidad y gambeta. Muchas veces prefería encarar a pasársela a un compañero mejor posicionado, lo que los alemanes lo llamarían “Eimer auf dem Kopf“o como nosotros diríamos "Balde en la cabeza“.
La verdad no era muy famoso, jugaba en el Hannover y alternaba entre la titularidad en el banco. Pero un día estuvo en boca de todo el periodismo deportivo mundial. En uno de sus desbordes Heinz Harald escapo de las defensas, tan rápido que al llegar al fondo de la cancha para tirar el centro no pudo frenar y siguió de largo. Pudo saltar los carteles de publicidad y esquivar a un par de alcanza pelotas, pero finalmente termino dándole de lleno con la boca al paravalancha de la popular local.
Sus dientes volaron por toda la tribuna, un viejo pregunto si a alguien se le había roto el rosario y un niño corría emocionado juntando dientes para darle al Ratón Pérez (que nada tiene que ver con nuestro querido Heinz Harald). De allí directo a la clínica.
Horas mas tardes el parte medico diría que Heinz Harald Pérez había perdido todos sus dientes.
El seguro medico no quiso hacerse cargo de la dentadura de Heinz Harald y este siguió jugando así en forma de protesta. Finalmente una empresa de prótesis dentales se ofreció a hacerle toda la dentadura nueva al bueno de Heinz Harald.
Hoy si vas por las calles de Hannover seguro veras una publicidad con el Antes y el después de nuestro mediocre héroe.
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