martes, 30 de octubre de 2012

Figurita 48 - Francoise Marceau - Olympique Lyon (Francia)




Françoise Marceau – Olympique de Lyon (Francia)

Sobrino del Mimo más famoso, Françoise admiraba mucho a su tío Marcel. Lamentablemente esto en su familia estaba mal visto. Su padre Benjamín Marceau no le dirigía la palabra a su hermano Marcel desde mucho antes que Françoise naciera.
La disputa familiar se origino cuando Marcel le robo la cuerda favorita a su hermano Benjamín, este hecho enojo mucho a Benjamín creando así una pared virtual entre su hermano y el.

Así se crio Françoise sin entender la pelea de su padre con su famoso tío, por lo tanto admiraba a este ultimo en silencio y a escondidas.
Françoise Marceau tenía dos sueños uno era ser mimo y el otro era ser jugador de futbol. Quiso seguir uno de esos sueños al terminar el colegio cuando se anoto en la Universidad de Mimos de Estrasburgo, así que viajo de su Paris natal hacia el Oeste Francés para anotarse en la Universidad de Mimos.

El curso de ingreso fue como pasear a un perro invisible y su talento más la portación de apellido le dieron la llave a la puerta de la prestigiosa Universidad. El problema vino en la primera clase de la materia “Maquillaje para Mimos 1”. Al ponerse el maquillaje característico de los Mimos, Françoise empezó a brotarse toda la cara con una reacción alérgica que lo dejo sin respirar. Dos días internados y el parte médico decía que era Alérgico a los maquillajes… en el futbol esto sería como una cuádruple rotura de ligamentos cruzados… chau a la carrera de Mimo de Françoise Marceau.
Y quedaba el otro sueño… el futbol.
Así que con toda la ira de una carrera trunca Françoise Marceau comenzó la aventura futbolística. Ya estaba en Estrasburgo y se fue a probar al Racing de esa ciudad, allí en inferiores mostraba sus dotes de cinco talentoso. Su estadía en el Racing de Estrasburgo fue corta, 16 partidos jugados en inferiores y 10 expulsiones. Todas por pegarle a los rivales sin ningún tipo de culpa ni disimulo.
Ya sin club, el técnico del Lyon lo vio y le ofreció lugar en el equipo, con la única condición de que tenía que acudir dos veces por semana con el psicólogo del equipo para canalizar su ira por su carrera de Mimo frustrada.
Y así con la psicología de un lado y algunos consejos Bilardistas de su DT Françoise Marceau aprendió a ser un gran cinco.
Seguía pegando pero sus dotes de actuación lo ayudaban a disimular sus tremendas y asesinas patadas, dentro de la cancha prácticamente no hablaba por eso los réferis no podían enojarse mucho con él y obviamente al ser tan buen actor de vez en cuando fabricaba algún penal o tiro libre a favor para su equipo.
Hoy parece ser un tipo feliz como lo ven en esta foto deslindándose de una fractura expuesta que asegura no haber cometido. Pero cada tarde después de los entrenamientos va a su casa y abre ese ropero viejo que tan solo contiene una remera a rayas, un bastón y un bombín y Françoise sueña con esa carrera de Mimo que no fue…

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