Francis Honteux – Saint Etienne (Francia)
Ser tímido o vergonzoso es realmente problemático. Y más aun si una persona es tímida y vergonzosa a nivel extremo.
Francis Honteux nació tímidamente en Saint Etienne (Francia), su parto duro 35 horas por que él no se animaba a salir del vientre de su madre. Finalmente nació por cesárea.
Su infancia fue como la de cualquier chico vergonzoso, se hacía pis encima por que le daba vergüenza pedir ir al baño. Ya más de grande al menos pedía permiso tímidamente y rara vez contradecía alguna orden. Y quizá por este defecto llego al futbol.
Su hermano menor, Albi Honteux jugaba en las divisiones inferiores del Saint Ettiene. Francis siempre acompañaba a su madre a ver los partidos del pequeño hermano, claro el iba por que su madre se lo decía y el no la iba a contradecir.
En una de esas tardes cuando Francis iba a ver a su hermano paso algo especial, un giro del destino, esos giros que directa o indirectamente pueden cambiar el destino de una persona. Esta vez le toco al nuestro Francis. Gran parte de los jugadores de la sub-17 del Saint Ettiene se fueron de fiesta y los que no terminaron en pedo terminaron en prisión por disturbios. Así que a la hora del partido el técnico solo contaba con el arquero y 10 jugadores de campo, no le alcanzaba para los suplentes. Como el reglamento de las divisiones inferiores de Francia dice que al menos debe haber un jugador de campo en el banco de suplentes, el técnico tuvo que recurrir a lo que había por ahí cerca… ¿y quién estaba ahí en la tribuna aburrido y mirando como copulaban dos mariposas? Si, nuestro héroe… el pequeño Francis Honteux.
Así el DT de los juveniles del Saint Etienne fue a hablar con la madre de Francis, la madre accedió y le dijo a Francis que se vaya a sentar al banco y que le haga caso a todo lo que el señor ese le diga que haga.
Y así fue que con el partido 0-1 abajo y tras la lesión del lateral derecho del equipo tuvo que entrar Honteux. El técnico le pidió que juegue por la banda derecha y que pasa por las espaldas del ocho recibir la pelota y tirar centro. Obviamente no perder la marca del veloz wing que iba por ese lado y no dejarlo entrar al área y no tirar centros.
¿Y qué paso? El pibe no contradijo nada y cumplió al pie de la letra las órdenes del DT, dos goles de cabeza tras centros de él y 2-1 triunfazo agónico para los diezmados sub-17 del Saint Etienne.
De allí en más quedo en el club. Para ir a cabecear al área contraria o cruzar la mitad de cancha pedía permiso al DT, nunca faltaba a un entrenamiento y mucho menos se escapaba de la concentración. Él era el último a salir a la cancha los días de partidos por que le daba vergüenza cambiarse en el vestuario cuando estaban sus compañeros y siempre era el primero en irse porque directamente se bañaba en su casa.
Su timidez y vergüenza le hacían difícil integrarse al grupo, dormía solo en la concentración y si en un partido estaba solo contra el arco él nunca pedía la pelota o levantaba la mano… a lo sumo susurraba un tímido “¿me podrías pasar la pelota por favor?” que obviamente nadie escuchaba.
Los problemas aumentaron cuando el llego al primer equipo. La exposición mediática, botineras, estadios llenos de fanáticos. Todo eso genero una crisis en el tímido cerebro de Francis Honteux que derivo en un ACV.
Honteux paso tres meses internado en coma cual vegetal, misteriosamente se recupero pero su personalidad había cambiado. En la clínica se convirtió en un desfachatado, era el típico paciente que no se callaba nunca y dos o tres veces se quiso levantar alguna enfermera. Su timidez había desaparecido completamente.
Tras una larga rehabilitación Honteux volvió a tener una vida normal. Hoy se dedica a dirigir las divisiones inferiores del Saint Etienne y cada dos por tres lo echan por pelearse con los réferis, alcanzapelotas, público, periodistas o lo que sea… la timidez y su vergüenza quedaron atrás y tan solo nos queda esta figurita de aquella época donde Francis Honteux era el jugador más tímido del mundo.
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